Tres "hurras" por los jóvenes portugueses,
a ver si los canarios aprendemos...
Actualmente, más del 16% de los jóvenes canarios nos encontramos en paro; jóvenes que nos encontramos como perros abandonados en un parque, a los cuales le tiran un hueso de vez en cuando, a eso le llaman“trabajar” de extras, tres horas hoy, dos horas mañana,... horas que no se cotizan.
Esto es una razón muy poderosa para que nosotros, los jóvenes, convoquemos una protesta multitudinaria, en contra de la precariedad laboral y la corrupción, pues hemos sido vilmente traicionados por las cúpulasde los sindicatos UGT y CC.OO. Realmente decepcionante... Si no luchamos por nuestros derechos... ¿Qué futuro vamos a tener nosotros y nuestros hijos?
A. Yanira (Canarias)
15/03/11
Decenas de miles de portugueses se manifiestan contra la precariedad, al margen de los partidos y sindicatos
Grândola, Vila Morena |
Decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes, salieron el 12 de marzo a la calle para protestar pacíficamente contra la precariedad laboral: en Lisboa, Oporto y otras ciudades portuguesas, en la mayor movilización que se realiza en este país al margen de partidos y sindicatos desde la revolución del 25 de abril de 1974. Los organizadores aseguran que sólo en Lisboa 300.000 personas respondieron a la convocatoria de la autodenominada Geração à rasca (Generación en apuros), efectuada a través de Facebook por un reducido grupo de jóvenes hace poco más de un mes. Al margen de las cifras, lo cierto es que las manifestaciones en Lisboa y Oporto superaron todas las expectativas.
Los trabajadores estamos en apuros y "la precariedad no escoge edad" eran los lemas de las dos grandes pancartas que abrían la marcha en la capital portuguesa, que abarrotó de punta a punta la Avenida de la Libertad, arteria principal de la ciudad. La consigna más coreada fue "Con precariedad no hay libertad", signo de las condiciones en que viven más de un millón de portugueses, entre desempleados y trabajadores en condiciones lamentables.
"Estoy harta, pero no me callo", podía leerse en un cartel que enarbolaba una joven. Las críticas a los políticos estaba presente en toda la iconografía de las manifestaciones. Ayer quedó meridianamente claro que hay muchos portugueses que no creen en la clase política. Lo demostraron en las elecciones presidenciales del pasado 23 de enero, en las que la abstención llegó al 53,48% (más de cinco millones), y lo dijeron ayer en voz alta en las calles de 11 ciudades.
Los jóvenes eran clara mayoría, pero también había padres y abuelos, porque como decía un veterano de abril "la precariedad no respeta edad". La manifestación era un cuadro variopinto de ciudades de distinta edad y condición, mucho de los cuales difícilmente responderían a una convocatoria partidista, y que ayer lo hicieron no por curiosidad.
La manifestación ha concluido en la plaza de Rossío, símbolo en Portugal por ser escenario de las mayores manifestaciones desde la revolución de los claveles del 25 de abril. "Aquí pasa todo", comentaba en inglés un portugués a un turista despistado. Tres de los cuatro jóvenes que promovieron la protesta leyeron el manifiesto que está colgado en Facebook desde el 5 de febrero. "Somos la generación con mejor educación de la historia del país", "no protestamos contra otras generaciones, protestamos por una solución y queremos ser parte de ella".
Los trabajadores estamos en apuros y "la precariedad no escoge edad" eran los lemas de las dos grandes pancartas que abrían la marcha en la capital portuguesa, que abarrotó de punta a punta la Avenida de la Libertad, arteria principal de la ciudad. La consigna más coreada fue "Con precariedad no hay libertad", signo de las condiciones en que viven más de un millón de portugueses, entre desempleados y trabajadores en condiciones lamentables.
"Estoy harta, pero no me callo", podía leerse en un cartel que enarbolaba una joven. Las críticas a los políticos estaba presente en toda la iconografía de las manifestaciones. Ayer quedó meridianamente claro que hay muchos portugueses que no creen en la clase política. Lo demostraron en las elecciones presidenciales del pasado 23 de enero, en las que la abstención llegó al 53,48% (más de cinco millones), y lo dijeron ayer en voz alta en las calles de 11 ciudades.
Los jóvenes eran clara mayoría, pero también había padres y abuelos, porque como decía un veterano de abril "la precariedad no respeta edad". La manifestación era un cuadro variopinto de ciudades de distinta edad y condición, mucho de los cuales difícilmente responderían a una convocatoria partidista, y que ayer lo hicieron no por curiosidad.
La manifestación ha concluido en la plaza de Rossío, símbolo en Portugal por ser escenario de las mayores manifestaciones desde la revolución de los claveles del 25 de abril. "Aquí pasa todo", comentaba en inglés un portugués a un turista despistado. Tres de los cuatro jóvenes que promovieron la protesta leyeron el manifiesto que está colgado en Facebook desde el 5 de febrero. "Somos la generación con mejor educación de la historia del país", "no protestamos contra otras generaciones, protestamos por una solución y queremos ser parte de ella".
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